Todos los creyentes deben estudiar y practicar la apologética. Tanto el apóstol Pedro (1 P 3:15-16) como Judas (Jud 3) dieron el mandato de la apologética. Debemos saber lo que es la apologética. La apologética no es pedir perdón. No es empujar a la gente a aceptar lo que nosotros creemos. No es argumentar sobre puntos que la Biblia no menciona. La palabra apologética (del gr. apologia) quiere decir la defensa verbal de la fe cristiana. Es contestar las preguntas que la gente (los oponentes) tienen acerca de Dios y Su revelación. Esta defensa debe ser racional. Se hace antes de evangelizar a una persona. Se usa ocho veces en el Nuevo Testamento (Hch 22:1; 25:16; 1 Cor 9:3; 2 Cor 10:5-6; Fil 1:7; 2 Tim 4:16; 1 P 3:15-16). Por eso, todos los creyentes deben estar envueltos en la apologética. Esta puede ser defensiva u ofensiva. En Fil 1:7 vemos el lado defensivo de la apologética. 2 Cor 10:5 da el lado ofensivo de la apologética.
Debemos saber lo que creemos y por qué lo creemos. La razón de esto es que debemos defender las razones por las cuales creemos ciertas cosas. Debemos defender la fe cristiana de aquellos que se oponen. Para hacer estas cosas debemos estar bien preparados.
Hacemos apologética porque la Biblia nos manda hacer apologética. Pedro dice que debemos defender la fe (1 P 3:15-16). Debemos hacer esto con mansedumbre. Debemos ser humildes al hacer esto. Pablo dice en 1 Cor 8:1 que el amor es el que edifica. Debemos hacer apologética con amor y no arrogancia. Debemos tener misericordia de aquellos que dudan (Jud 22). Al hacer apologética seguimos el ejemplo de Cristo, quien hizo apologética. Cristo da evidencia del cumplimiento de profecías. Él hacia milagros. Es más, cuando fue tentado, Cristo usó las Escrituras para defenderse en contra de Satanás (Mat 4:1-11). Hacemos apologética porque Pablo hizo apologética. Hch 17:22-34 vemos a Pablo hablando con los griegos. Antes de eso (Hch 17:1-3) Pablo habla con los judíos en la sinagogas acerca de quién es Cristo. Pablo dice que se debe defender y confirmar el evangelio (Fil 1:7). Pablo sabia que Dios lo había elegido para la defensa del evangelio (Fil 1:16).
Hemos de tener una sana doctrina. Hemos de saber cómo refutar a los que enseñan falsamente. Es más, Pablo instruye que aquellos que contradicen a los falsos es porque ellos saben de la sana doctrina. Esto Pablo lo dice en 2 Tim 2:24.
Los discípulos hacían apologética. Pablo lo hizo al escribir los libros de Gálatas y 1 Corintios. Juan hacía apologética al escribir las epístolas de 1, 2, y 3 Juan. Después de los apóstoles también se practicaba la apologética. Estos defendían la fe en contra de los herejes.
Hemos de estudiar la apologética. La apologética ayuda a los creyentes a conocer mejor la fe y compartirla con aquellos que no son creyentes. La apologética ayuda a los creyentes a contestar las preguntas reales que la gente tiene (preguntas que dificultan el acercarse a Dios). Hemos de estudiar apologética para tener influencia en todos los ambientes donde están los creyentes (estamos en el mundo pero no somos del mundo). Al estudiar la apologética podemos prevenir las herejías doctrinales de la iglesia. Estudiamos la apologética para contestar las reclamaciones falsas de las religiones falsas. El mundo necesita que hagamos apologética.
Debemos estudiar la apologética. La Biblia nos manda a estudiar la apologética. Los apóstoles estudiaron la apologética. Después de ellos, los padres de la iglesia estudiaron la apologética. El mundo necesita que los creyentes estudien la apologética.
Demos gracias a Dios por aquellos que la han estudiado y gracias a Dios por aquellos que nos han ayudado a estudiarla.