Con el título original “The reason for God, Belief in an Age of Skepticism”, el libro apareció en el año 2008 en EE.UU. y para Latinoamérica en 2009 publicado por el editorial Norma.
Tal como escribe en la tapa del libro, el fundador de la Iglesia Presbiteriana Redentora de Nueva York, Tomothy Keller ha compilado una lista de las dudas más frecuentes de quienes asisten a su iglesia.

En este libro, él aclara cada una de esas dudas usando la misma lógica y filosofía de los que no creen o tienen dudas acerca de Dios. Por lo tanto es un libro que prueba que es más una locura no creer que creer, usando el escepticismo y las sospechas para traer luz a los que se preguntan si estamos en verdad solos, o si tenemos un Creador. El autor aclara: “Sin embargo tengo que decir que las experiencias relacionadas con la fe nunca son simples ejercicios intelectuales”.

No podemos decir que usando solamente la lógica podremos probar y hacer ver a los que no creen que hay un Dios. Es Dios quien da la fe, quien llama, nosotros decimos lo que sabemos, como lo hacían los apóstoles: Lo que era desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que contemplamos y palparon nuestras manos tocante al Verbo de vida”. [1]

En-defensa-de-DiosLas personas escépticas dicen que todo es relativo pero las cosas no son tan simples o al azar como aquellas personas quieren que sean. “El relativismo se relativiza a sí mismo, sostiene Berger”.[2] El postmodernismo nos dice que NO hay una sola verdad sino que hay varias verdades. En esta época donde todos tienen razón pero al mismo tiempo nadie la tiene, necesitamos que alguien diga la verdad sin alteración. Eso hace Keller en su libro.

Para muchos de los que no creen, la existencia del infierno es una de las cosas más aberrantes. “En una de mis discusiones después del servicio religioso, una mujer me dijo que la idea misma de un Dios sentencioso le parecía ofensiva. Yo le pregunté: ¿Y por qué no te ofende la idea de un Dios que perdona? Ella pareció confundida. Yo añadí: Te invito respetuosamente a que pienses en tus preceptos culturales cuando dices que la doctrina cristiana sobre el infierno te parece ofensiva”.[3]

Además de esto los así llamados filósofos y científicos dicen que el mundo es el resultado de algo totalmente casual, un Big Bang que nadie provocó, y que de algo desordenado se hizo nuestro Universo tan meticulosamente organizado. No tiene sentido, aunque dicen que nosotros somos locos, eso supera la lógica que tanto claman. “Si Dios no existe y todo lo que hay en este mundo es el producto de “Una disposición accidental de átomos” (según la frase famosa de Bertrand Russell) entonces no existe un propósito por el cual fuimos creados, y somos accidentes. …lo que llamamos “amor” es simplemente una respuesta bioquímica”.[4]

Mi vida no tiene sentido sin Dios y me parece tan absurdo creer que todo se creó solo, que nuestro planeta es un globo que se puso solo en el lugar donde esta, que yo no tengo nada más que este cuerpo que se pudrirá, el cuál carece de alma que regrese a su Creador. Me imagino el planeta Tierra tejiéndose solo y mi ser pegándose la carne y ponerse fosas nasales para respirar, y luego pegando mi piel con pegamento: yo digo que eso sí es fantasía.

Gracias a Dios por la fe que nos da, porque la vida de verdad no tiene sentido sin Dios. Dios tenga misericordia de este mundo, de las almas que buscan con tanto empeño un sentido entre las cosas absurdas que son sólo basura. Lean el libro para saber qué contestar a las preguntas difíciles de este siglo.


[1] Santa Biblia : Reina-Valera Actualizad. (1989). (electronic ed. of the 1989 editio., 1 Jn 1.1). El Paso: Baptist Spanish Publishing House.
[2] En defensa de Dios, T. Keller, p. 10.
[3] Ídem, p. 74.
[4] Ibídem, p. 136.

Encargado de la edición Germán Estobar