La Importancia de la inmutabilidad de Dios — El mismo de ayer, de hoy y de siempre
La importancia de definir nuestros términos teológicos con precisión es más evidente en el caso de la inmutabilidad divina.
La importancia de definir nuestros términos teológicos con precisión es más evidente en el caso de la inmutabilidad divina.
El atributo de Dios “preferido” seguramente es su amor. El atributo más temido y el que suele ser marginado en la predicación es su ira (sí, la ira es un atributo de Dios).
Cuando yo leí por primera vez que Dios era Celoso me pareció algo tan ajeno a la idea basado en cómo eran mis celos, pues leía en Galatas como Pablo les dice que los celos son obra de la carne y contrarias al espíritu entonces me preguntaba ¿Cómo Dios sin esconderlo o encubrirlo de nosotros se presenta a si mismo como Dios Celoso?
Todo cristiano, en algún momento, ha escuchado la expresión "Los atributos de Dios". Normalmente se dan clases dominicales o estudios semanales sobre quién es Dios y cuáles son sus características.
El mundo de hoy defiende muchas cosas. La gran mayoría de ellas no eran defendidas anteriormente y es probable que con el paso del tiempo las defendidas se dejen de defender o se incorporen otras.
Vivimos en medio de una generación que no se esfuerza por conocer al único Dios verdadero.
La cognoscibilidad es la capacidad de ser conocido, y para poder conocer a Dios debemos primero saber si existe esa posibilidad. Es imposible conocer a una persona íntimamente sin que esa persona quiera darse a conocer.
La gente se pregunta si Dios existe. La Biblia da la respuesta. Dios existe. Por otro lado, también nosotros podemos saber que Dios existe y hay muchas formas de asegurar aquello.
Satanás puede, como se ha mencionado, luchar contra nosotros, producir derrotas, enfermedades e incluso introducir malos pensamientos como fue el caso de Pedro, cuyo juicio fue nublado al rogarle al Señor que desistiera de su plan.
Si Dios es bueno y tiene el control sobre todas las cosas ¿por qué existe el mal? El mal es un problema humano. Todos los seres humanos hemos sufrido las consecuencias del mal en nuestra vida diaria. No importa la edad, género, nacionalidad o situación social: todos hemos experimentado el dolor que conlleva el mal.