Lágrimas valientes es una recopilación de los escritos del blog de Aixa de López – Corazón a papel, publicado por la editorial B&H el primer día de octubre de 2017. Este libro habla de la vida cristiana en la que tenemos que estar preparados para el sufrimiento. Sí, yo también veo las noticias y vivo en este mundo en donde hasta los cristianos creen y promueven una mejor vida ahora, que el Señor tiene un plan maravilloso para nosotros, que Jesús es la solución de nuestros problemas. Sí, Dios tiene un plan maravilloso para mi vida, pero no el plan que yo quiero, y no un plan que excluye el sufrimiento.

Me gusta acercarme a lugares donde es simplemente imposible negar el quebranto de este mundo. Allí, compruebo que muchísimo de lo que se enseña en la tele y en los libros más vendidos, incluso en círculos cristianos, no es verdad. No. Nuestra mejor vida no es ahora.[1]

La verdad, si me preguntan si quisiera una vida sin sufrimiento diría que sí, pero pensándolo bien, el sufrimiento es el que más moldea nuestro carácter. La mayoría somos muy relajados cuando de santidad se trata, y el sufrimiento nos recuerda que somos seres caídos, que necesitamos del Salvador, nos hace pensar en lo pasajeros que somos y en lo importante que es perseverar en la oración. Aixa de López nos muestra que no es vergonzoso llorar porque sufres. El mismo apóstol Pablo nos dice que lloremos con los que lloran (Romanos 12:15). “No podemos llamarnos cristianos si escogemos una vida a nuestra medida y sin lágrimas, sin examinarnos a la luz de lo eterno”[2]. En la Escritura no vemos al Señor prometiendo o hablando de una vida de ensueño aquí en la tierra, nunca dijo esto, al contrario, Él dice: “En este mundo afrontarán aflicciones, pero ¡anímense! Yo he vencido al mundo”[3]. Sabiendo esto, el conjunto de artículos de este libro trae una gran verdad, un gran alivio y consuelo. No estamos hechos para no tener aflicción, debemos entender esto y alabar al Señor porque es así, pues no miramos solo esta vida sino más bien la que está por venir.

“El sufrimiento tal como la Biblia lo presenta es siempre corto, porque se ve desde una perspectiva a muy largo plazo”.[4] El apóstol Pablo decía que seamos gozosos en todo tiempo, ¿se puede ser gozoso en medio de las lágrimas? Si Dios es nuestra esperanza, no hay aflicción que nos pueda robar ese gozo. En medio del valle de la muerte podemos gozarnos en nuestro Señor. Las aflicciones duran solo esta vida, ¿qué es esto comparado con la eternidad? Nada.

El sufrimiento es parte de la vida del cristiano, sean aflicciones, pruebas o consecuencias de nuestros pecados. Somos los hijos del Rey de reyes, ya no podemos vivir como queremos. Como antes he escrito, el Señor no prometió vida sin sufrimiento pero prometió que siempre estará con nosotros.

Cuando Jesús llama a la gente en los relatos bíblicos, los llama solo con la garantía eterna de Su presencia.

Solo…

A la fecha, no he conocido a alguien con raíces profundas en Cristo que haya llegado a ese punto, de fiesta en fiesta y esquivando el dolor. Cada cristiano verdadero que ama a Jesús lo ha conocido en el desierto, en la cárcel, en el estómago de un pez, en el exilio, en un establo apestoso, comiendo comida para cerdos o en la soledad de ser incomprendido… porque cada vez que Dios llama, nos insta a salir de la comodidad para, que estando allí, no nos quepa la menor duda de que Él es suficiente.[5]

En nuestra vida como cristianos, si queremos ser fieles a Dios, hay que tomar decisiones que implican mucho dolor, y este es el único camino para seguirle. Dios nos ayude a bendecirlo en momentos de aflicciones como lo hacemos en tiempos buenos, como hacía Job.

Uno escoge el dolor porque no hay otro camino para ser como Jesús, pero también porque dejamos de idolatrar la comodidad, nuestra imagen pública, nuestra seguridad y comprendemos que, sin importar la parte del medio, si nuestro final es Jesús, es un final feliz… hemos entendido que los cristianos normales hacen cosas difíciles.[6]

Aixa de López nació en Guatemala, es escritora del blog Corazón a papel, esposa del pastor Alex López. Juntos son padres de cuatro hijos, dos biológicos y dos adoptados.


[1] Lágrimas valientes, Aixa de López, El despertar – Entre Navidad y Parusía, p. 47.
[2] Ídem, p. 43.
[3] Santa Biblia, NVI, Evangelio de Juan 16:33(b).
[4] Lágrimas valientes, Aixa de López, El despertar – El rugido es canto, p. 53.
[5] Lágrimas valientes, Aixa de López, El regalo de mi cruz – Dolor voluntario, p. 123.
[6] Ídem.