Tullian Tchividjian y el desvío de la doctrina de la santificación
La razón básica por la que alguien puede adulterar es que el "adulterio" es una "obra de la carne" (Gálatas 5:19). La razón básica por la que un creyente puede adulterar es porque la "carne" aún permanece en él (Gálatas 5:16,17). Por esto el creyente que busca permanecer firme debe "mirar que no caiga" (1 Corintios 10:12). Es necesario que constantemente "limpiemos toda contaminación de carne y de espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios" (2 Corintios 7:1).