¿Se parece a tu forma de vida?
El que parece ser cristiano pero no lo es, no tiene cuidado de cómo vive su vida, ni de su relación con la cruz que debería llevar. Tampoco examina…
El que parece ser cristiano pero no lo es, no tiene cuidado de cómo vive su vida, ni de su relación con la cruz que debería llevar. Tampoco examina…
La Santidad es el único atributo de Dios que se repite tres veces seguidas en la Biblia: “¡Santo, Santo, Santo Jehová de los ejércitos! ¡Toda la tierra está llena de su gloria!” fueron las palabras de los serafines que escuchó Isaías ante la descripción de la Persona que estaba sentada en Su Trono.
Continuando con el resumen del sermón "El Hombre y El Pecado Sexual", predicado por el pastor Luis Contreras en la Conferencia "La Verdadera Masculida". Ahora con dos razones por las que debes evitar la inmoralidad sexual.
Extracto del Sermón: La importancia de conocer nuestro pecado Abril 01, 2001 | Romanos 7:7–12 Pablo comienza en la mitad del versículo 7 respondiendo: No, la Ley no es pecado, “Al contrario, yo no hubiera llegado a conocer el pecado si no hubiera sido por medio de la ley; porque yo no hubiera sabido lo que es la codicia, si la ley no hubiera dicho: No codiciaras”. La primera verdad que veo en esta defensa de la Ley es que debemos conocer el pecado. Es importante que conozcamos nuestro pecado. Es bueno conocer nuestro pecado. Pablo lo supone, ¿verdad? Para defender su declaración de que la Ley no es pecado, que – es santa, justa, buena – dice: «no es pecado, porque sin ella, yo no conocería el pecado». Ahora si no fuera bueno, correcto, útil e importante que conociéramos nuestro pecado, este no fuera un buen argumento. Simplemente diríamos «“¡A quién le importa si conocemos nuestro pecado!”». Bueno, a Pablo le importa. A Dios le importa. Y a mí me importa que sea importante para usted. ¡Oh cuántos peligros corremos al no conocer nuestro pecado! Vendrá pesar sobre nosotros mismos si nunca llegamos a sentir la tristeza de conocer nuestro pecado.
El cultivo de la santidad exige mucho. Thomas Watson lo llamó un “trabajo sudoroso”. Felizmente, Dios nos provee de varias motivaciones a la santidad en Su Palabra. Para alentarnos en perseguir la santidad, necesitamos enfocar nuestra mirada a las siguientes verdades bíblicas: