Dios odia el engaño
Si queremos ser personas que aman, también debemos ser personas que odian. Si hemos de amar lo que bendice a las personas, debemos odiar lo que las perjudica.
Si queremos ser personas que aman, también debemos ser personas que odian. Si hemos de amar lo que bendice a las personas, debemos odiar lo que las perjudica.
La Biblia nos habla de muchas cosas que Dios odia, a veces de manera directa, diciendo "Dios odia esto" y otras veces describiendo tales cosas con palabras como "abominable" o "detestable". Cuando los juntamos todos, encontramos que hay ocho grandes categorías de cosas que odia. Ya hemos visto que Dios odia la idolatría. Hoy quiero mostrar que Dios odia la inmoralidad sexual.
El Dios que ama lo bueno no debe amar lo que es malo. No debe ni siquiera ser ambivalente hacia lo que es malo, lo que es dañino, lo que es destructivo. Debe odiarlo.