Publicado originalmente por Crossway con el título Praying the Bible en el año 2015, Orando la Biblia aparece en español en 2016 como parte de los libros de TGĆ publicado por la editorial B&H Publishing group.
El autor Donald S. Whitney le pregunta al lector a qué se debe que el pueblo de Dios no desea orar más, ¿será porque orar parece aburrido?.
Es una pregunta a la cual me daba miedo dar respuesta, pero no debería, no debería parecerme aburrida la oración, porque la oración es ‘yo’ hablando con Dios, y si eso me parece aburrido, entonces ¿cómo amo a Dios, y cómo deseo pasar la eternidad con Él?
El Problema: Si dices lo mismo mil veces, te aburrirás
Whitney dice que el hecho de que nos parece aburrido orar y no deseamos orar, es normal, porque decimos las mismas cosas siempre, por lo que la mente divaga cuando la oración es la misma siempre y no nos concentramos más en lo que decimos. «No, estoy casi seguro de que el problema no eres tú, es tu método». [1]
Bueno, el autor aclara que es normal orar por las mismas cosas porque nuestro ambiente: la familia, el empleo, no cambia de día a día, entonces pedimos por estas cosas siempre. Pero podemos cambiar la forma en la que pedimos esas cosas y la forma en la que le hablamos a nuestro Señor.
La Solución: Cambia tu método y ora la Biblia
Whitney ofrece una solución: orar la Biblia. Puede sonar peculiar, pero funciona. La mente ya no divaga porque tu oración la dicta La Palabra.
El autor propone que nos dejemos conducir por Dios en la conversación que tengamos con Él, usar la Biblia en oración, y sobre todo usar los Salmos, porque ellos fueron diseñados para ser orados, según comenta Gordon Wenham.
Se puede orar otras secciones de la Biblia que nos gustan o nos parecen adecuadas para la oración. El escritor del libro da un ejemplo con el Salmo 23, que es muy conocido, que empieza con «El Señor es mi pastor», piensa en las maneras que puedes empezar tu oración con este versículo, darle gracias porque te pastorea, pedirle que te guíe, y luego pasar siempre al otro versículo cuando ya no tienes nada más en la mente con el primer versículo. «Básicamente, lo que tú haces es tomar las palabras que se originaron en el corazón y la mente de Dios, y las haces circular a través de tu corazón y tu mente de regreso a Dios. De este modo, Sus palabras vienen a ser las alas para tus oraciones». [2]
Hay una diferencia entre orar e interpretar la Biblia. Cuando leemos la Biblia, nos esforzamos por entenderla y poner en practica lo que leímos, en el proceso de la oración usamos la Biblia para orar sobre los temas que están ahí.
Whitney nos ofrece un método que mantiene activa nuestra oración y enfocada en Dios más que en nosotros mismos, él comenta: «Es mucho más fácil permanecer enfocado en oración cuando oras recorriendo un texto bíblico. Con un pasaje que te mantiene atento y te guía en oración, tus pensamientos son menos propensos a disolverse en las mismas repeticiones de siempre sin sentido sobre lo mismo de siempre». [3]
¿Qué hacemos con los Salmos Imprecatorios?
El escritor advierte sobre los Salmos imprecatorios, esto es, cuando el autor invoca el juicio de Dios sobre sus enemigos. Cuando el Salmo es de ese tipo, o hay algunos versículos así, se pueden usar para pedir que Dios haga así con los pecados de nuestras vidas, o si no nos viene nada a la mente simplemente pasamos al siguiente versículo.
Whitney da una lista de cinco salmos por cada día del mes, para así no toparnos con los mismos salmos o quedarnos pensando cuál salmo orar, y así perdernos en este proceso. De los cinco se escoge uno y se ora.
Este método es excelente, porque se usa la Palabra misma de Dios para las conversaciones con Él, la mente está concentrada en reflexionar en el versículo para hablar con Dios sobre ese tema o el otro.
Sabemos que la oración es de demasiada importancia para ser ignorada o eliminada de la vida de un creyente. No podemos crecer como cristianos si no oramos y no leemos su Palabra. Leamos la Biblia, oremos la Biblia, cantemos la Biblia, memoricemos la Biblia, vivamos la Biblia, para que Su Palabra esté siempre delante de nosotros.
[1] Orando la Biblia, Donald S. Whitney.
[2] Ídem.
[3] Ídem.