Es sorprenderte ver al Dios Todopoderoso también lleno de Bondad, gracia y misericordia.

Creo que para cualquier cristiano que haya experimentado la gracia de Dios, le es imposible dudar de este atributo de Dios.

Desde pequeño la religión oficial  me mostró un Dios airado con un tridente en su mano que anhelaba mandarme al infierno o al purgatorio. Un Dios que al más mínimo grado de diversión me castigaría. Pero, cuando pude acercarme a la Palabra de Dios, esta me fue mostrado un Dios bondadoso y misericordioso en gran manera.

El Dios de Gracia

«Y pasando Jehová por delante de él, proclamó: !!Jehová! !!Jehová! fuerte, misericordioso y piadoso; tardo para la ira, y grande en misericordia y verdad.» Éxodo 34:6

Dios es grande y lo creo, pero lo que más me sorprende es que es grande en misericordia. Esa bondad de Dios tiene que ver con la perfección de su naturaleza: «Dios es luz, y no hay ningunas tinieblas en él» (1 Jn. 1:5).

Thomas Manton ha dicho sobre la bondad de Dios: «Sólo él es originalmente bueno en sí mismo«. Él es bueno y no cambiara su naturaleza, en la bondad de Dios entendemos la norma suprema de lo bueno, y que todo lo que Dios es y hace es digno de aprobación, es magnífico ver a un Dios que le es imposible fallar o actuar de forma errada.

Jesús de forma radical nos sorprende al decirnos: «Nadie es bueno sino solo Dios» (Lc 18:19) No hay norma más alta de bondad que el propio carácter de Dios y su aprobación de lo que sea que concuerda con ese carácter.

Es más, cuando nos damos cuenta de que Dios es la definición y origen de todo bien, reconoceremos que Dios es el supremo bien que buscamos.

La Misericordia es la bondad de Dios hacia los que se hallan en miseria y aflicción. Gracia de Dios quiere decir bondad de Dios hacia los que solo merecen castigo” Wayne Grudem.

«Todos han pecado y están privados de la gloria de Dios, pero por su gracia somos justificados gratuitamente mediante la redención que Cristo Jesús efectuó.» (Ro 2:23-24).

Dios no es que tenga bondad: Él es bueno y ese atributo de bueno es tan grande que no somos capaces de comprender con nuestro entendimiento humano que se encuentra limitado. Desafortunadamente nos cuesta trabajo comprender a Dios en nuestro propio concepto de justicia, es decir, entender a Dios a través de nuestro amor hacia Él siempre será inapropiado, pero su bondad no depende de nosotros, si no que de Él.

Dios es bueno pero no un alcahuete, Él es bondadoso a través de su gracia pero también castiga y corrige cuando considera que tiene que hacerlo y eso, también es parte de su bondad. No creas que Dios es bueno porque acepta todos tus caprichos. Ningún atributo está sobre otro atributo. Él es bueno pero también es justo.

La bondad de Dios es la esencia de nuestra creencia en Él. Es su deseo el mostrarnos su bondad, mostrarnos su misericordia y que podamos deleitarnos en su gracia, todo lo que Dios hace es para nuestro bien.

Podemos poseer bondad en nosotros e incluso el deseo de hacer el bien, pero la bondad verdadera viene de Aquél que es perfectamente bueno y que desea cosas buenas para todos sus hijos. Nuestra meta debe ser mostrarle este atributo de Dios,  al mundo entero todos los días.