El libro se publicó el año 2015, con el apoyo de Esclavos de Cristo, fue escrito por Andrés Laracuente.Su autor es pastor asociado de la iglesia CCA en Puerto Rico, esposo de Rosa Laracuente y padre de tres hijos. Actualmente forma parte del Directorio de Esclavos de Cristo como Director del Consejo Pastoral.
El prólogo esta escrito por Rosa Laracuente y Olga Galloza. El contenido está repartido en siete capítulos que responden a la pregunta: ¿Por qué todos tenemos que regresar con urgencia a Las Escrituras?
“Existen muchos peligros en los que caemos nosotros los cristianos. Dentro de estos peligros se encuentran dos muy comunes: uno es el de acostumbrarnos a Su Palabra, y el otro es el de declarar que somos creyentes sin leer detenidamente las Escrituras”. [1] Acostumbrarnos a Su Palabra nos lleva a no darle la importancia que merece, a no detenernos a meditar en ella, y por consiguiente a no practicarla. En un mundo donde una nueva secta es tan fácil de crear y donde la gente prefiere oír dulces palabras llenas de veneno que los dejan en su muerte espiritual, es muy urgente volver al Libro. ¿Cuál libro? La Biblia.
El autor se enfoca en este Libro que Dios dejó, inspiró, reveló, y hace un llamado a volver a Las Escrituras, igual que el llamado de los reformadores hace quinientos años. En estos tiempos y en todos los tiempos, es necesario proclamar Su Palabra tal y como está, se necesita urgentemente la sana doctrina.
“La Biblia es el libro más vendido del mundo, pero a su vez, según las encuestas, es el menos leído”. [2] Por falta de conocimiento muchos son engañados y arrastrados por cualquier doctrina, pero Dios, no quiere un pueblo ignorante, quiere que Su Palabra more en abundancia en cada uno de nosotros (Colosenses 3:16). Leyendo la Biblia conocemos a Dios, sabemos cuál es Su voluntad. El pastor Laracuente especifica que la Biblia no una formula para mejorar tu vida, sino que el objetivo de la Biblia, es conocer a Cristo.
Hoy, vemos cómo el «evangelio» de la prosperidad lleva a la perdición a muchísimas almas, vemos cómo la gente pide señales, cómo pastores se atreven a decir que Dios les reveló algo, por eso el autor dice: “No pidas señales cuando todas las señales están en la Biblia. No pidas dirección cuando el mapa ya está trazado, no pidas revelación cuando ya la Biblia ha sido revelada, no pidas confirmación cuando ya la confirmación está escrita. Pide sabiduría, pero sin pretender que llegará como arte de magia”. [3] He visto y vivido el echo de que los cristianos somos muy fáciles de persuadir y de que la cultura nos influye a veces más que la Palabra; se nos olvida que estamos en el mundo, pero no somos del mundo. Por eso hay que volver de nuevo a Su Palabra, porque es nuestro alimento, y nuestra alma necesita nutrición. El pastor Laracuente muestra en este libro que sin estudiar diariamente la Palabra, sin que se predique la sana doctrina en las iglesias, sin que se use la predicación expositiva, sin que se examine todo a través de la Palabra de Dios, aparecen las enfermedades espirituales que generan iglesias enfermas. Necesitamos iglesias sanas (no perfectas, como aclara el autor), y esto se logra con alimento saludable, únicamente Su Palabra. Si hay iglesias llenas con cientos de miembros eso no garantiza de que esa iglesia sea sana. Es sana si se predica la verdad, si se proclama la Palabra de Dios, porque “el Evangelio bíblico no es diseñado para controlar masas, más bien para confrontarlas, y que puedan ver a Cristo como su Señor y Salvador”. [4] Es necesario volver a la Biblia, volver y volver, y quedarnos ahí, porque Su Palabra es la verdad, esto es lo que Andrés Laracuente transmite en este libro, un llamado sincero para el Pueblo de Dios de leer, predicar, proclamar, cumplir solamente Su Palabra, el cual es el Libro de los libros.
[1] De vuelta al libro, Andrés Laracuente, Introducción.
[2] Ídem.
[3] De vuelta al libro, Andrés Laracuente, capítulo 1: Un construcción en ruinas, Nuestra vida esta mal construida.
[4] De vuelta al libro, Andrés Laracuente, capítulo 5: Hemos diseñado un evangelio distinto, El mundo mágico de un nuevo evangelio.