De parte de Dios y Delante de Dios, es el último libro escrito por uno de los pastores de la Iglesia del Señor Jesucristo de Santo Domingo, República Dominicana y es necesario mencionar que lleva ahí predicando más de 30 años. El pastor Sugel Michelén, junto con la colaboración de la casa de publicaciones B&H Español y el ministerio TGĆ ha escrito una guía de predicación expositiva. El prólogo fue escrito por Paul Washer, quien menciona: “pienso que es apropiado que, mientras que nos acercamos al 500.° aniversario de la Reforma, se publique un libro que establece y promueve la misma disciplina que hizo de la Reforma una realidad: la fiel exposición de las Escrituras”.[1]
Es la realidad. Desde que comienzas a leer el libro quedas atrapado en él, como si estuvieses teniendo una conversación con el autor y te sentaras a hacerle preguntas, y el con el amor de un padre o de un querido amigo te respondiera cada una de ellas. Capítulo a capítulo el pastor Sugel te presenta desde el uso del tono de voz y los movimientos en el púlpito, hasta la exégesis de un texto y la meditación en Las Escrituras.
En una época donde la mala predicación abunda, es necesario que podamos examinar qué se está hablado y qué se está escuchando de nuestro púlpitos. El pastor Sugel remarca esta idea desde un principio asentando un sentido de urgencia, él escribe: “la predicación de deficiente abunda, entre otras razones, porque hay muchas personas que están dispuestas a escucharla de buena gana”.[2]
Es por eso que el libro tiene un lenguaje sencillo y de agradable lectura, va directo al tema y lo aborda profundamente. El libro está dirigido no solo a pastores sino también a “maestros de escuela dominical, líderes de grupos pequeños o para todos aquellos que tengan la responsabilidad de enseñar las Escrituras, sin importar en qué contexto lo hagan”.[3]
¿Por qué leer este libro?
La iglesia de Cristo necesita ser y estar bien alimentada, muchas de sus ovejas vienen de congregaciones donde solo se les ha hablado algunas verdades a medias y por otro lado las han trasquilado. Es necesario que los predicadores y maestros se esfuercen por entregar alimento sólido a una Iglesia que está con hambre, para que pueda ser fortalecida ante los embates del enemigo y del mundo. Cuando subimos al púlpito o compartimos la palabra de Dios con alguien nos damos cuenta que “Predicar es una tarea que demanda mucho esfuerzo y que puede llegar a ser abrumadora”. [4]
Este libro nos guía de forma directa y acertada por cada uno de los detalles de cómo organizar un sermón sin perder de vista la espiritualidad y la importancia que tienen predicar. Como dice Albert Mohler: “La verdadera predicación comienza con esta confesión: predicamos porque Dios ha hablado”.[5] El énfasis está en si predicamos lo hagamos sabiendo que lo hacemos “De parte de Dios y Delante de Dios”. No es un mero discurso político o una charla motivacional. Es Palabra de Dios y ellas son Espíritu y son vida. “Dios crea a su Pueblo hablado”.[6]
“Cuando Pablo exhortó a Timoteo no le dijo: ‘te encargo en presencia de tu congregación’. Tampoco le dijo: ‘Te encargo en presencia de tus profesores de seminario’. No, le ruega y le encarga su misión ‘en presencia de Dios y de Cristo Jesús, que juzgará a los vivos y a los muertos’.[7]
No es algo ligero hablar sobre Dios y su Palabra, debemos estar consientes de que “Si nuestro Señor Jesucristo se cuidó de decir exactamente lo que había oído del Padre, ¡cuánto más nosotros!” [8]
Son muchas las citas del libro que quisiera compartir con ustedes pero, será de mayor provecho saber que el libros nos anima de forma reiterativa a sumergirnos en la Palabra de Dios y en el conocimiento de Dios. Espero que cada vez que me acerque a un texto para enseñar Su Palabra sepa que no estoy solamente delante de hombres hablando sino que, en la primera fila está sentado Dios escuchando cada una de las palabras pronunciadas. No solo estará ahí sino, también en cada una de las horas que utilizaste para preparar el sermón. Él nos ayudará y guiará en esta noble tarea. Recordemos que “obra de Dios no depende de nuestra oratoria, y mucho menos de nuestra astucia ministerial; depende enteramente del poder de Su Palabra”.[9]
El autor no solo se da el trabajo de citar detalladamente, a muchos hombres y predicadores que Dios ha usado en el beneficio de la iglesia a lo largo de la historia; sino que además al finalizar, agrega un anexo donde recomienda varios otros libros para profundizar aún más en el hermoso tema de la Predicación Expositiva.
El pastor Sugel luego de escribir este libro concluye diciendo la realidad para todo predicador: Nadie es suficiente para esta tarea, pero la gracia de Dios nos capacita para ser “grato olor de Cristo en los que se salvan, y en los que se pierden”, mientras exponemos las Escrituras “de parte de Dios, y delante de Dios”. ¡Soli Deo Gloria![10]
[1] Paul Washer, De parte de Dios y delante de Dios: Una guía de predicación expositiva, Prólogo, (B&H Publishing Group Nashville, 2016), 17.
[2] Sugel Michelén, De parte de Dios y delante de Dios: Una guía de predicación expositiva, Prólogo, (B&H Publishing Group Nashville, 2016), 24.
[3] Íbid, 24
[4] Íbid, 27
[5] Albert Mohler, De parte de Dios y delante de Dios: Una guía de predicación expositiva, Prólogo, (B&H Publishing Group Nashville, 2016), 27.
[6] Sugel Michelén, De parte de Dios y delante de Dios: Una guía de predicación expositiva, Prólogo, (B&H Publishing Group Nashville, 2016), 34.
[7] Íbid, 247
[8] Íbid, 71
[9] Íbid, 22
[10] Íbid, 284