«Todos los habitantes de la tierra son considerados como nada; y él hace según su voluntad en el ejército del cielo, y en los habitantes de la tierra, y no hay quien detenga su mano, y le diga: ¿Qué haces?» – Dn 4:35 (RVR)

La palabra “soberano”, aunque no aparece en la Biblia de habla hispana, comunica el pensamiento de la supremacía y autoridad divina (2 Cor 6:18; Efe 1:11; 1 Tim 6:15). La soberanía divina es la consecuencia lógica de su propia esencia, él es Dios, creador y gobernante de todo. La soberanía divina es presentada muchas veces en la Biblia como una esencia que no puede ser analizada (Rom 9:20-21; Is 45:9; Sal 115:3; Dn 4:35). Dios no está sujeto a ningún poder ni a una norma abstracta ni ley que pudiese ser concebida como superior a aparte de sí mismo, Dios se sujeta a sus propias reglas, basado en su carácter justo, fuera de Él, no hay ley que le pueda sujetar. La Teología de «Confesión positiva» se caracteriza  por ser una mezcla de misticismo, dualismo, sabores del gnosticismo, y otras enseñanzas de las sectas metafísicas. Algunas de las inclinaciones doctrinales del movimiento que analizaremos en esta serie son:

  • La fe es una fuerza.
  • Confesión positiva: nombrar/declarar/decretar para que el pensamiento se haga materia.
  • La biblia es solo un libro: proclaman versos a existencia de una revelación al intelecto de forma nueva, no tienen una claridad exegética, sino más bien cree en la continuidad de la revelación sobre lo que ya fue inspirado.
  • Jesucristo tuvo que nacer de nuevo.
  • Jesús murió en el infierno espiritualmente.
  • Los hombres son dioses.

Dicho movimiento surgió en el cristianismo carismático/pentecostal en el siglo 20. Este movimiento en su conjunto no tiene una organización formal o jerarquía autoritaria, aunque el movimiento tiene un número de profesores de alto perfil, que en gran medida influencian su teología. Esta teología básica es una mezcla peculiar de cristianismo ortodoxo, misticismo, toques de gnosticismo. Este movimiento nació en Phineas Parkhurst Quimby (1802-1866) quien puso los cimientos del mismo. Fueron las enseñanzas metafísicas de Quimby que influyeron a E.W. Kenyon, y fueron las enseñanzas de Kenyon, que a su vez influyeron a otros. Los más destacados maestros de Palabra de Fe hoy se inspiran en la «fuerza», una visión anti bíblica de la fe, ese es el fundamento de su doctrina. Los proponentes creen que pueden usar sus palabras para manipular la “fuerza de fe”, por lo que en realidad crean lo que ellos creen de las promesas divinas (salud, riqueza, etc.) Las leyes que supuestamente rigen la fuerza de fe afirman que operan independientemente de lo que es la voluntad soberana de Dios, Dios está sujeto a las «leyes» de la fe según sus creencias. Según el movimiento: Dios no es soberano y necesita permiso para actuar.

Tocante a este primer punto sobre “la fe”, (tocaré los otros puntos en artículos posteriores) hay que comprender claramente que todo lo concerniente a lo divino debe partir de su propia fuente, en este caso, Dios siempre debe tomar el lugar que le corresponde, no solo el primero en todo, sino el único, porque de Él proviene todo. Para tener una mejor comprensión sobre el tema debemos preguntarnos ¿Qué es fe y cómo opera? Uno de los textos más enfáticos sobre la fe lo es Hebreos 11. Este verso ha sido descontextualizado a su máxima expresión, haciendo de la fe lo antes mencionado, una fuerza que mueve a Dios y hace que el pensamiento se haga material. ¿Qué significa fe? “fe” proviene del gr. “pistis” y significa: “Confianza plena en las promesas divinas.” La misma denota “una sujeción incondicional a una autoridad, sea a su promesa u orden.” Proviene de “pistos” que es: “fiel”, comunica la idea de: “el carácter y autoridad de quién promete y ordena” da a entender: “El carácter divino.” En sí “fe” es “Una confianza plena en las facultades fieles de Dios y una sujeción total a sus órdenes establecidas.” La fe no es un poder el cual sujeta las cosas a su placer, más bien “es la facultad inteligente de sujetarse a las normas establecidas por la soberanía divina en la Escritura en confianza plena”. El evangelio de nuestro Señor Jesucristo ha sido malformado al grado de colocar al ser humano como el objetivo del mismo, es bueno aclarar que “el propósito del evangelio es producir una condición que satisfaga el corazón de Dios, no el nuestro” y cuando se comprende que nacimos para, amar, glorificar, servir y dorar a Dios entonces estamos caminando en el diseño establecido para nosotros, al satisfacerlo a Él[1], seremos satisfechos nosotros[2]. En relación al primer punto, hay tres tipos de fe: A) Intelectual: conoce de Dios, no a Dios. B) Milagrosa: reposa en los beneficios, no en el benefactor. C) Salvífica: reposa en el benefactor, no en los beneficios.

La fe no tiene valor en sí misma, en si es un vehículo el cual lleva al objetivo, quien da valor a la fe es Jesucristo, de ser así, entonces solo se necesitaría fe en cualquier cosa o persona (como dicho movimiento afirma) y quedaría invalidada la persona y obra de Cristo. ¿Cómo opera la fe? 1) Asentamiento intelectual (conforme a lo recibido de la autoridad divina, la Escritura); 2) Caminar diario en confianza (según el asentamiento recibido por la Escritura); 3) Obediencia (según la confianza y orden en lo recibido por la Escritura). La fe verdadera es inteligente, no es ciega, cree en las evidencias divinas plasmadas en la creación[3], la persona y obra de Cristo[4], y la Escritura[5], en conformidad a la dirección del Espíritu quien la inspiró, para una plena sujeción al autor de la misma. ¿Qué inclinación tiene la fe? La verdadera es una que actúa en obediencia participando en un caminar responsable, como Jesucristo ejemplificó[6]. Fe es hacer lo que Dios desea que se haga. La fe verdadera es la que hace actuar en obediencia, no la que omite sus responsabilidades, es auténtica cuando refleja una inclinación a las ordenes divinas en la Escritura y busca expresar en sus acciones el ejemplo de Cristo[7]. Cada cual expresa sus convicciones en sus acciones[8]. Doctrinas consideradas esenciales por el cristianismo histórico no son necesariamente consideradas esenciales en dicho movimiento. Tales maestros reinterpretan a menudo los fundamentos con el fin de encajar sus propios sistemas peculiares al placer personal. Estas interpretaciones se derivan a menudo de «nuevas revelaciones» es decir, supuestas revelaciones especiales dadas específicamente al maestro de dicho movimiento. Colocar «conocimiento por revelación» por encima de la Escritura es una de las razones del porqué los maestros contradicen la Escritura abiertamente y a ellos mismos. La fe reposa en la persona y obra de Cristo como los antiguos testificaron, si la fe es un poder supremo que mueve todo incluso a Dios, entonces ¿porque afirma la Escritura que no recibieron lo prometido?[9] Porqué ellos reposaron en la promesa divina y fueron obedientes a la misma, descansaron en la promesa aun sin esta haberse manifestado en carne.

El verso 2 habla sobre los “antiguos”, en este caso los que son mencionados en todo el Capítulo 11, los mismos obtuvieron buen testimonio “No por sus logros, santidad personal o aceptación, sino por creer y obedecer, para perseverar y sacrificarse”. Todo lo incluido en la venida del Mesías. Pensamos que por el hecho de creer recibiremos algo, la verdadera fe reposa en Dios sin importar ver los resultados instantáneos o esperados de nuestra parte. Al analizar el verso 3 vemos que la fe en la acción creadora de Dios (Evidencias de Sí mismo) es parte fundamental, no como una exigencia a Dios de su acción creativa para someterlo a crear lo material de nuestro deseo, sino más bien para comprender la realidad de nadie vio como Dios creo todo, aquí se muestra la idea del principio de Gén Cap. 1-2, solo por fe en lo Escrito se comprende quien es y como es Él en su soberanía. El máximo ejemplo de fe lo vemos en Cristo. Él nunca manipuló nada a su antojo, más bien se sujetó en mente, palabra y acciones[10]. Con su ejemplo queda demostrado que la afirmación del movimiento en relación a la “fe” como fuerza suprema a Dios queda invalidada.

¿Cómo puedo vivir la fe que Dios desea? 1) Sujeto y rendido a Dios conforme la Escritura; 2) Siguiendo el ejemplo de Cristo en la Escritura; 3) Negación plena a los placeres personales terrenales: a) Materialismo: el cual reduce lo espiritual a menor valor; b) Egocentrismo: una valoración excesiva de la propia personalidad que lleva a la persona a ser el centro de todas las preocupaciones y atenciones; y c) Hedonismo: la búsqueda del placer y supresión de las angustias.

Conclusión: Mi conclusión personal sobre la fe, en relación a lo dicho anteriormente es que “vivir por fe es vivir sin frustración, sin forzar las cosas para que sucedan, sin manipular las personas para qué actúen; la vida de fe es una la cual confía plenamente en Sus promesas, y se sujeta incondicionalmente a la Escritura” – Dr. FM.

Con esto queda invalidado el pensamiento errado de dicho movimiento sobre la fe. ¿Cuál es tu fe?


[1] Mateo 3:17.

[2] Juan 1:16.

[3] Romanos 1:20.

[4] Lucas 24:27, vv.44-45; Hebreos 12:2

[5] Mateo24:35; 1 Corintios 15:1-8; 2 Timoteo 3:15-17.

[6] Juan 18:37.

[7] Santiago 1:22-27.

[8] 1 Juan 2:6.

[9] Hebreos 11:39.

[10] Mateo 5:17, v.19; Juan 12:49; 18:37.