Los pacientes pueden soportar un dolor de estómago, una indigestión y hasta fiebre por causa de gripe; ellos se pueden automedicar y silenciosamente esperar. Pero, si el ojo duele, se pone rojo, lagañoso o la visión disminuye, acuden casi de inmediato al oftalmólogo. ¿Por qué? Esto muestra la importancia que la gente le da a sus ojos. El paciente es más agradecido cuando se opera de catarata que de vesícula o hernia. Sin embargo, hay pacientes ciegos. Personas que nunca volverán a ver.
¡Nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde! El sentido de la vista es uno de los más honrados en el cuerpo humano.
La Biblia habla sobre este sentido en dos formas: el físico y el espiritual. Por ejemplo cuando María Magdalena se acerca al sepulcro a mirar si aún estaba el cuerpo de Jesús, lo hace en sentido físico (Juan 20.11-12); pero en Isaías 44.18 el Señor hace referencia al sentido espiritual.
Puedes ver pero no necesariamente mirar
¡No es lo mismo ver que mirar!
Para ver es suficiente tener buena iluminación y ojos sanos. Ver procede del latín videre y significa percibir una imagen; es una capacidad física, limitada al sentido de la visión. Es algo involuntario.
Mirar viene del latín mirare, que significa admirarse, es decir fijar la vista en algo, observarlo y aplicar la atención; es un acto consciente, voluntario.
Dios desea que miremos como Cristo mira
Jesús amonesta a sus discípulos en el conocido Sermón del Monte de Mateo 6.25-30. En el versículo 26 les dice “MIRAD” las aves del cielo…; en el 28 usa una palabra más profunda y dice “CONSIDERAD” los lirios del campo. No significa que los discípulos no vieran las aves ni los lirios; podían verlos, pero no miraban como Cristo los miraba. Eran ciegos en el sentido espiritual. Solo veían con sus ojos físicos, pero no contemplaban en ellos la mano bondadosa del Creador. ¡Ese era el problema de ellos! Veían sí, pero no miraban.
Dios desea que miremos con fe, aplicando la atención de manera voluntaria, contemplando y observando la belleza, majestuosidad, hermosura y grandeza de Dios en toda su creación. Que no tomemos tan a la ligera Su obra en nosotros ni en nuestro derredor.
Consecuencias de no mirar como Cristo mira
Las enfermedades psicosomáticas provienen de la mente, de la preocupación, lo que ahora la gente llama stress. Entre estas tenemos: gastritis, úlceras, hipertensión, cefaleas, nerviosismo, mareos, coroidopatía central serosa, etc. Todas ellas son producto por lo general del afán o ansiedad.
En el texto antes citado Jesús menciona por tres ocasiones la palabra afán (25, 27, 28), porque así es como se veían los discípulos entonces, afanados, ansiosos, preocupados, y así es como la gente se ve ahora.
Cuando el cristiano no mira como Cristo, esto es el resultado del afán por su falta de fe. (Mt 6.30)La mujer de Lot miró (en sentido negativo) atrás y se convirtió en estatua de sal (Génesis 19.26). Cuando Jesús entró a casa de Marta y María, dijo: “Marta, Marta, afanada y turbada estas con muchas cosas” (Lucas 10.41). Marta estaba distraída, desenfocada del objetivo principal de esta vida, mientras que María estaba enfocada en una sola cosa, escuchar y contemplar la hermosura de Jesús.
Resultado de mirar como Cristo
1. ¡Trae vida! Para aquellos que eran mordidos por las serpientes venenosas en el desierto era suficiente mirar con fe a la serpiente de bronce hecha por Moisés (Números 21.8-9, Juan 3.14).
2. ¡Trae confianza y seguridad! Solo cuando Dios el Señor abrió los ojos a Giezi, criado de Eliseo es que comprendió que mayor eran los que estaban con ellos (2 Reyes 6.8-17).
Conclusión
1. ¿Podríamos orar al Señor de nuestras almas y decirle: “Abre mis ojos cada día”?
2. Dale gracias a Dios por el sentido de la vista, pero más que eso porque un día abrió nuestros ojos para ver al crucificado y resucitado.
Fotografía de Gable Denims